- Jóvenes, motor de la economía mexicana.
En la actualidad los jóvenes viven en una encrucijada, por una parte se les castiga mediáticamente a aquellos incapaces de trabajar y/o, y a su vez se le sanciona a aquellos que deciden movilizar, alzar la voz, crear una cooperativa, un sindicato, etcétera.
En otras palabras, se pretende que no sean ni muy pasivos, ni muy activos, sino todo lo contrario. Un termino medio, insípido, gris; un bloque social hipnotizado que rechace su pasado, así se le extirpa el sentido de pertenencia, y que mire con resignación el futuro, se conforme con poco y se acostumbre a vivir en un contexto que no le favorece.
Si se pretende despegar como nación es necesario romper con la visión errónea que se tiene sobre la juventud, no lo digo a manera de berrinche, ya que existen argumentos que respaldan lo dicho. De acuerdo con Moody´s Inversors Services, México cuenta con un bono demográfico (crecimiento de población activa).
En 2015, el promedio de edad nacional era de 27 años. Además, un artículo publicado por Foro Económico Mundial establece que de aprovecharse el bono poblacional, nuestro país podría ser la octava economía del planeta.
En conclusión, México está desaprovechando su juventud, y para solucionar esta enfermedad es primordial generar un diagnóstico. A los jóvenes se nos ve (me incluyo en este sector) como un grupo homogéneo, por ende, se crea un discurso uniforme que ignora los componentes que integran al bloque más numeroso de la formación.
Previo a generar estrategias que impulsen la empleabilidad en el sector, es preciso entender cómo está dividido; cuántos estudian, cuántos se encuentran en el sector informal, existen migrantes, qué cantidad son mujeres, etcétera. Un estudio a fondo es necesario para decidir qué acciones tomar.
Millennials, la otra cara de la moneda
Se estima que la generación millennial es de al menos 42 millones de personas, lo cual representa 34 por ciento de la población del país. Ahora bien, tan solo 4 millones de los 42 se encuentran en circunstancias reales de adquirir productos a su voluntad, mientras que 16 millones no poseen las condiciones para consumir con libertad.
El 51.8 por ciento del total –22 millones– se permiten un nivel de bienestar, realizan un consumo denominado aspiracional, se emula el consumo del sector A/B, pero con menor frecuencia o a menor precio de adquisición. En pocas palabras, dicha generación tiene muchas caras, y cada una de ellas tiene sus fortalezas y limitantes.
La radiografía demuestra que solo un pequeño porcentaje tiene los recursos económicos para vivir de manera independiente. Superficialmente, pudiera parecer un problema menor, no obstante, las consecuencias se vivirán a mediano plazo.
En un mundo en el que el tiempo transcurre, todo indica que un país de jóvenes se convertirá en un país de viejos, y si la mayoría de este sector no tienen la capacidad de gastar, menos de ahorrar, el futuro no parece ser prometedor.
En una justicia de mercado, la lógica supone que cada quién recibe acorde a su contribución al producto, mientras que en una justicia política se toman en cuenta los derechos humanos fundamentales y las condiciones que nos determinan como seres humanos.
La primera ignora el determinismo que padece todo ser humano, mientras que la segunda, al contemplarlo, tendrá que diseñar modelos que compensen las limitantes o excesos que te proporciona el entorno.
Solo 31.5% de jóvenes asiste a la escuela
La justicia económica ha tenido tanto éxito que se ha apropiado del sentimiento social; día con día es más difícil desenterrar la empatía perdida entre iguales. Retomando el objetivo inicial: proponer a la juventud como el motor del desarrollo en México.
Para ello, es necesario eliminar la generalización y dejar de culpar a dicho sector. Si un joven no tiene estudios, ni oportunidades laborales, se debe en gran media a la ausencia de programas que le permitan realizar una o ambas actividades.
En el tema de la educación, de acuerdo con el Inegi, 31.5 por ciento asiste a la escuela. Entendido esto, una reforma necesaria es ampliar las aulas y el derecho para que más estudiantes se incorporen, sin embargo, para que suceda, se requiere que las familias a las que pertenecen perciban salarios que eviten la deserción escolar.
El tema del salario mínimo resuelve una parte del problema, la oferta educativa es uno de los grandes temas pendientes. La base de la igualdad está en ofrecer un piso nivelado para la población, permitir que la mayor parte de la misma acuda a la escuela o al menos aspire.
México requiere de trabajadores con competitividad intelectual y no con fuerza laboral especializada en mano de obra, puesto que esos oficios no generan derrama económica al interior del Estado.
Otro punto a destacar es el emprendimiento, una moda entre la juventud. Los medios de comunicación, la academia y las instituciones promueven el emprendimiento con una fuerza esperanzadora.
Emprendimiento, el nuevo sueño americano
México debe eliminar el changarrismo y apostar por opciones de negocios escalables que generen empleos. Fomentar el auto-empleo, o las pequeñas empresas no es sostenible, a mediano plazo la cobertura de los servicios será por demás insuficiente.
Otro punto débil de la promoción del emprendimiento es que se promueve como un ecosistema microsocial, individualista. Las cooperativas son vistas como opciones poco rentables, cuando la realidad demuestra que todo negocio requiere de más de un actor para ser exitoso y rentable.
Se ha hablado de ideología y de economía dejando al final la recuperación de la política. A diferencia de los temas anteriores, los jóvenes no son víctimas, sino culpables de su propia desgracia.
Con la justicia económica, como valor reinante, la juventud incide poco en la toma de decisiones del país, la apatía política es una enfermedad generalizada a lo largo y ancho del país.
Basta revisar los cuadros políticos de las últimas dos décadas, los nombres se repiten constantemente y las nuevas figuras se cuentan a penas con los dedos de una mano. Los jóvenes deben de redefinirse e incidir, contemplar el pasado, no repetir los mismos errores y sobre todas las cosas entender que: ¡El Futuro ya Empezó!
Fuente; https://megalopolismx.com/noticia/29186/jovenes-motor-de-la-economia-mexicana