- Demanda Greenpeace la prohibición del uso de transgénicos y glifosato.
En el marco del “Día Nacional del Maíz”, la organización ambientalista Greenpeace México exigió al Gobierno Federal prohibir "de una vez por todas" el uso de Organismos Genéticamente Modificados (Transgénicos) y de agroquímicos tóxicos como el glifosato.
Argumentó que estos insumos afectan de manera grave la enorme diversidad del maíz nativo, contaminan el agua y el suelo e implican un serio riesgo para la salud humana.
La asociación señaló que las grandes empresas transnacionales que promueven el uso de transgénicos y del herbicida glifosato, no sólo ponen en riesgo la salud humana, sino el medio ambiente en su conjunto y con ello la herencia ancestral que implican el maíz, el chile, la calabaza y otros cultivos, así como el sistema de milpas, que los pueblos originarios han conservado durante miles de años.
“En Greenpeace México reiteramos la urgencia de que se prohíban los transgénicos y el glifosato en México para avanzar hacia una producción ecológica, que preserve la biodiversidad y la agrobiodiversidad mexicana forjada por manos campesinas desde hace milenios, para darnos oportunidad a gozar de un medio ambiente sano y un sistema agroalimentario y nutricional que sea verde y justo, que permita a las mexicanas y los mexicanos tener una alimentación saludable, local, natural y libre de transgénicos y agrotóxicos”, señaló Viridiana Lázaro Lembrino, Especialista en Agricultura y Cambio Climático de Greenpeace México.
Indicó que es urgente la publicación del decreto presidencial para la prohibición de transgénicos y glifosato, para proteger la integridad de México como Centro de Origen del maíz y numerosos cultivos, entre ellos el chile, el frijol, la calabaza, la vainilla, el algodón, el aguacate, el amaranto, el chayote y el maguey.
GreenPeace destacó que estas especies de plantas son esenciales en el mundo y se tiene que buscar su conservación para que estén disponibles en el presente y lo estén también para las futuras generaciones.
Recordó que desde hace 21 años, la organización y otros colectivos han trabajado unidos para revalorar y defender la producción de semillas y alimentos por parte de comunidades campesinas e indígenas de todo el país, mejorar sus condiciones de vida e impedir que los monopolios agroindustriales transnacionales atenten contra la biodiversidad.